VESTIDO DE NIEBLA
esta vez intenté memorizar su cara, sus arrugas y la forma de su pelo.
Tenía que regresar por mi bebé. Regresé al agua.
Los días siguientes lo busqué casa por casa. Gritaba yo su nombre. Al tercer día, llena de angustia y paseando por las calles de la ciudad, escuche dentro de una casa el llanto de un niño de agua. Era mi hijo.
Mi corazón empezó a latir demasiado rápido, corrí de regreso al lago y quise ponerme mi vestido de niebla. No pude, no había luna.
Esperé dos días, sin pensar en nada más que mi hijo. Hasta que llegó la luna. Ahora blanca, con mi vestido de niebla, me metí por debajo de la puerta. Inmediatamente vi a un hombre. Era el mismo pescador que me robó a mi pequeño, dormido en una silla con una botella en la mano.
Tenía tanta rabia que lo desperté con una cachetada, permitiendo que me viera.
-Devuelveme a mi hijo- le ordené con una voz mas grave de lo común, y tratando de ocultar mis ganas de llorar. El hombre me miró con los ojos muy abiertos, y tartamudeando dijo:
- Lo vendí esta mañana.
Sentí desmoronarme en ese mismo instante. Mis piernas intentaban doblarse. De rabia, le di un beso de agua al pescador. Pude escuchar su corazón detenerse.
Sigo buscando a mi pequeño.
Toluca, Mexico
1 comentario:
Ola! al parecer les gustó mi cuento, ojalá i puedan pasarse x mi blog ahi tengo muxos mas cuentos... se aceptan reflexiones sobre Mexico?
gracias!
teresa villaseñor
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