EL MAL DE LOS CHICOS BELLOS
Cierra la puerta del armario con dos vueltas de llave... y no dejes entrar ni el aire.
¿De qué tienes miedo, amiga? ¿Por qué te escondes? ¿Por qué te da miedo lo que digan los demás? Tú padeces el mal de los chicos bellos. Nada más. Nada menos. Tiempo atrás era considerado una enfermedad. Ya no. Los que siguen pensando así no están menos enfermos de lo que puedas estarlo tú. Pierde el miedo. Sal de tu escondite. Muéstrate cómo eres. Abre la puerta…
Los homosexuales habéis hecho un pacto con el diablo. Sois jóvenes, bellos, hermosos... Parece como si el tiempo no pasara por vosotros....
Dios creó a los chicos bellos para que las mujeres como yo nos deleitáramos en la contemplación de su belleza, de su hermosura… pero nos vetó el poder gozar de esta belleza infinita… Ese es nuestro castigo. Las chicas como tú padecéis su mismo mal. Al menos en parte… Vuestra belleza infinita también les está vetada a los hombres como yo. Aunque ellos desearían también poder gozarla… pero de otro modo… de otra manera.
Pero ¿sois realmente iguales en todo? ¿No crees que en todo caso, ellos tienen una mejor opinión de los chicos bellos? Él ya lo dijo en su libro. V.P. también tuvo que pagar muy caro el precio de ser maricón.
Querida amiga…
Hay dos tipos de personas: los que son inteligentes... y aquellos que no lo son. Los poco inteligentes interpretarán tu silencio como enemistad. Los más inteligentes sabrán ver más allá... sabrán leer en el silencio tuyo el grito de un alma desesperada por ser ella misma.
Me has concedido el gran honor de ser la primera en este estrecho círculo en saber de tu boca lo que yo ya sabía a ciencia cierta en mi interior. Desde el día aquel que cerraste la puerta con un portazo yo siempre lo he sabido. Este era el más íntimo de mis deseos, aquel que nunca pensé que vería realizado. Que mi amiga me permitiera llegar al fondo de su alma desolada. Y yo había hecho el sacrificio completo, había aceptado renunciar a sacar a relucir el tema a no ser que fuera totalmente necesario. Guardar silencio para siempre. Matar mi necesidad de saber. Lo único que no aceptaba era no disponer de tu amistad. Me era imposible imaginar tu silencio era por enemistad…Ese era el más grande de mis miedos.
Gracias por abrir las puertas y dejarme ver adentro. Gracias por permitirme descubrir el desolado fondo de tu alma.
¿Por qué tienes miedo?
Yo no he elegido el ser como soy, amiga, al igual que tú no has elegido ser como eres. Esto es algo que nos ha venido de serie. Yo no he elegido el estar dentro de lo normativo, al igual que tú no has elegido el estar fuera. En mi caso, el gusto por lo diferente; en el tuyo, el gusto por lo diferente, o por lo idéntico... o por ambos... Está claro que yo no soy como tú; ni tú como yo; ni es como nosotras aquella que ama tu alma. Pero esto es algo que Dios ha dispuesto que así sea. El misterio de la vida. El misterio del amor. Aunque ellos digan que es una aberración.
En el ámbito en el que nos movemos hay diferentes tipos de profesionales. De todas formas, tú ya tienes tus preferencias… Sin duda el conserje es la persona más importante del instituto. Te hace las fotocopias, te encuaderna los dossieres, te facilita los justificantes de falta de asistencia, te da las llaves del aula de ordenadores cuando se la pides... y te calienta la cama. Tú has sabido elegir bien…
Si yo fuera como tú sin duda estaría con una mujer. Sin duda alguna debe ser más fácil una relación entre iguales que una relación con un hombre como yo, educado para ser machista. No me escondería de nadie. Pasearía mi amor por las calles, por las plazas, por las tiendas, por los rincones. La besaría con pasión. No haría caso a miradas lascivas ni ofensivas…
¡Qué seas muy feliz, amiga!
España
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