LANZAMIENTO
Sí, tenía esposa e hijos, también una profesión, y amigos y conocidos; y sin embargo, algo le faltaba. En su juventud creyó que le hacía falta libertad, por ello se hizo hippie, fumó y tomo hasta cansarse. Pero nada. Después sintió que su cuerpo sufría los estragos de una educación católica estricta y de una madre igual de obsesiva; mas, sus devaneos sexuales (homo, hetero y otros) tampoco resolvieron el problema. Por último, y ya en la medianía de edad, decidió que para limpiar su aura debía escribir y contar su historia. Pero eso tampoco sirvió; sentía el mismo vacío en el estómago y la sensación de que su vida no iba a ninguna parte.
Justo en ese momento oyó que por los altoparlantes decían su nombre; él seguía encerrado en el baño de ese centro de convenciones, aterrado de salir a presentar su libro ante miles de personas. Entendió que daba igual acudir o no, pues él estaba en un estado mucho peor que un cadáver. Por lo menos la muerte te desconecta del mundo y ya, en cambio el vivir muerto significa que sientes y sufres sin poder hacer nada. Salió del baño, sonrió y decidido ingresó al abarrotado salón. Iba a contarles a todos cómo se sentía en realidad, tal vez así dejaría de sufrir. Tomó el micrófono, el dolor intenso en el estómago le aviso que eso también era un error.
ECUADOR
2 comentarios:
A veces yo tambien me siento como el personaje, me falta algo pero no descubro que es. Saludos
Que cuento ton horrible, quiero decir, tan triste...
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