LA MUERTE DEL AMOR
Pero aquel joven corazón, fue más ingrato aún cuando a cambio de pasión ofrecía mal humor, engaños y hasta rechazo. Aún así aquel amor hermoso e inmenso no flaqueaba y lo intentaba todo para sobreponerse, para seguir amando. Con el paso del tiempo recibió otras dolorosas heridas... y lloró y sufrió intensamente... y enloqueció... pero terminó perdonando a su joven amada. El sentimiento hacia ella no decreció un ápice sino continuaba intacto, y seguía creciendo cada día con mayor fuerza. Con el tiempo se hizo superior, inagotable, bello. Llegó aquel fatal día en el que al parecer estaba destinado a morir, y a pesar de su grandeza, sucumbió totalmente a otra herida más terrible y mortal de su amada. De pronto... toda su inmensidad decreció, porque el amor había perdido toda la esperanza. Cuando ella descubrió que ya no existía aquel sentimiento tan maravilloso, también comprendió cuánto lo amaba y cuántos errores había cometido. El amor había llenado su corazón, justo cuando el amor de él se había marchado para no regresar jamás.
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