¿QUÉ PASIÓN TRANSITA POR TUS VENAS?
Está en el momento justo antes de enamorarse, dispuesta con todo su pequeño cuerpo de mujer a creer cualquier cosa que le diga él. No hay momento más vulnerable para ella que éste. Toda su inocencia puesta en juego, las manos le sudan, su respiración se ha acelerado y todo su breve cuerpo tiembla. Él se acerca y la estrecha contra sí. Ella lo huele: Nada podrá hacer que ella olvide ese olor, esa mezcla de colonia y sudor varonil de medio día. Un obrero busca el letrero de salida. El policía junto a los torniquetes ahuyenta un perro confundido. El tren llega a la estación, la gente se empuja al entrar y salir. Sigue temblando. Él recorre la espalda: sube y baja, baja y sube: la cintura, los senos de ella se comprimen, huele a limpio la trenza que se hizo después de ponerse el uniforme de la escuela. Se separan: las miradas hablan, los labios en silencio. Un minuto. Ella sigue esperando y el temor regresa. Un beso en la mejilla y él murmura una despedida. Ella es la primera en caminar, confundida, anhelante, llena de deseos y sin soltar su inocencia. Sola. Muy sola.
México D. F.
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