PÁLIDA
Estaba pálida y fría, casi irreconocible, pero en su semblante se podía ver aún su tranquilidad característica, aún tenía esa cara de niña que siempre había envidiado y que a pesar de los años no se había desvanecido.
Mientras la observaba miles de imágenes llegaron a mi mente, revivía cada momento que había pasado con ella y recordé la promesa que a pesar de no haber sido pronunciada nos uniría por siempre, la promesa de estar juntas por siempre.
Pero las promesas se rompen y esta no fue una excepción, en el momento preciso nuestras vidas sufrieron un quiebre y tomamos caminos distintos sin dirigirnos la palabra de nuevo... hasta hoy, en que nos volvíamos a ver pero de una forma distinta, ella me miraría desde su fría y oscura casa y yo desde mi mundo lleno de alegría, el cual desde ese momento ya no sería el mismo.
Nuestra promesa nos unió por última vez, nos dejó vernos antes del adiós eterno.
Chile
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