Donde Los Cuentos Breves Viven: EL MISTERIO DEL CASTILLO

En el calabozo Alister y Lady cruzan el pasillo con antorchas, a ambos lados había jaulas con esqueletos putrefactos por el tiempo…
Llegan junto a una puerta metálica. Lady dice sin esperanza alguna:
- No tenemos salida…
Alister no contestó, solo se limitó a mirar a un cuerpo enjaulado que no parecía estar muerto…
Lady al ver que Alister se acercaba para abrir la puerta, dijo:
- No la abras, ¿y si es malvado?
Alister sonrió y dijo:
- Habrá que correr el riesgo ese…
Lady le agarró del brazo y intentó tirar por él para que no abriera la jaula. Alister sin dudarlo la tiró al suelo y abrió las puertas de par en par y dijo:
- ¿Sabes cómo salir de aquí?
El cuerpo moribundo emitió un gruñido y dijo secamente, casi sin aire:
- Si me soltáis, os guiaré.
Lady dijo:
- Alister, ¿es de fiar?
Alister se rió como un poseso y dijo:
- Si nos miente, lo mataré. Ja ja ja.
Lady se aleja unos pasos de Alister y del prisionero.
Alister le quita los grilletes de las piernas y este se levanta agradeciéndoselo con una inclinación de cabeza.
Mientras tanto en el lago, a la luz de una gran luna azul que todo lo iluminaba tenuemente…
-No he encontrado nada de comer…-dijo Sady desolada.
-No pasa nada. Yo ya e hecho la hoguera y ahora voy a buscar algo para comer, haber si tengo mas suerte.- dijo Cliff en plan enamoradizo.
Sady, al ver que Cliff se fue, se sacó parte de la ropa y se quedó en ropa intima… Se acercó al agua del lago y al descubrir que el agua estaba templada como si de un manantial se tratara, se metió y empezó a nadar mientras recordando lo sucedido, lloraba.
Cliff llegó y la vio llorar. Entonces, el se quitó la ropa y quedó en ropa interior también…Sin hacer ruido se metió poco a poco en el agua hasta que buceando llegó junto a Sady.
Sady aún llorando no decía nada, simplemente se quedaba mirándolo como si fuera la última vez que lo vería.
Cliff se acerca y la agarra de los hombros diciéndole:
- Sady, no llores, pues no es tu culpa lo ocurrido.
- Sady entre sollozos y lágrimas comienza a decir:
- …Yo… no lo conseguiré…soy (…).
Pero Cliff no le dejó acabar la frase pues en el momento ese la besó dulcemente en los labios.
Sady se acercó y a la luz de la luna ambos nadaban y se besaban apasionadamente con los cuerpos abrazados y manos entrelazadas…
Mientras, en los calabozos, Alister cojió al prisionero en brazos y lo llevó a la puerta metálica…
El prisionero dijo:
Hay una llave en la celda número cinco.
- Esa celda es muy pequeña para nosotros. - dijo Alister golpeando la cabeza del presidiario.
Entonces Lady valiéntemente dijo:
- Yo entraré a cogerla.
- La llave está al lado del cuerpo que tiene una estatuilla oxidada al lado. - dijo el preso agotado del esfuerzo que suponía hablar casi sin aire.
- Como la niña no salga con vida te mataré lentamente y te dejaré agonizando!. - dijo Alister amenazándolo con un puño.
Lady entra y busca la llave… está todo oscuro pero aún así logra vencer el miedo de encontrar algo inesperado y consigue salir con esa dichosa llave.
Al salir, Alister tira al preso en el suelo y arrebata la llave de las manos de Lady.
Se acerca a la puerta, y… al abrirla, descubre una especie de sala circular. En el interior de la sala se pueden ver cuatro puertas y al lado de estas una estatua diferente de otra:
Una de las estatuas era la de Sady, otra la de Lady, también estaban las estatuas de Cliff y la de el mismo, Alister… En el centro de la sala había un pozo con una tapa que tenía unas honduras en forma de circunferencias…
Antes de que Alister empezara a abrir puertas, Lady lo agarró de un brazo y le dijo que tenía sueño y que le dolían los pies de andar. Entonces, Alister decidió que pasaran la noche en una de las celdas que tenía mantas.
Cliff y Sady salen del agua agarrados de la mano y se sientan juntos al pie del fuego… se miran a los ojos y Cliff se echa a reír como un niño de párvulos. Sady, con timidez dijo:
- ¿Qué pasa? - y diciendo eso se aleja un poco para poder mirarlo a los ojos.
- Estás muy roja y mojada. Ja ja. - dijo Cliff dándose de cuenta que lo que acababa de decir no era coherente.
- Tú estás más rojo que yo, bobo. - dijo Sady poniéndose aún más colorada.
Al decir eso ambos se rieron y al rato de secársele las ropas, se vistieron y se tumbaron a dormir, pero Cliff, solo hacía que dormía pues aunque Sady estuviera abrazada a el, estuvo horas despierto hasta que, cansado de vigilar se quedó dormido abrazando a Sady como si alguien se la quisiera arrebatar.