EL MISTERIO DEL CASTILLO – CAPÍTULO 12
Sady se detiene en la escalera y mira hacia el fondo, sólo hay oscuridad.
Entonces Cliff tira por ella y siguen bajando durante horas…
Alister y Lady corren esquivando cuerpos moribundos y cadáveres tirados.
Lady tropieza y queda paralizada del terror, pues había caído junto a un cadáver que aun estaba agonizando… Alister le pisó la cabeza al cadáver salpicando de sangre a Lady la ayuda a levantarse. Esta cierra los ojos y, levantándose, se limpia la sangre y sigue corriendo al lado de Alister. Al llegar a la roca, Alister empieza a buscar entre los cuerpos fríos y la tierra las armas que le pertenecían…
Al cabo del tiempo Sady ve una luz al fondo de las escaleras…
- ¡Es el verdugo! - dice Sady alertando a Cliff que estaba pensativo…
- ¡SI! - dice Cliff soltando a Sady y echando a correr escaleras abajo con daga en mano.
Sady sin temor lo sigue, pero, al llegar a bajo se encuentran en la sala circular que anteriormente estuvieron Alister y Lady…
De repente el verdugo hace su aparición y golpea a Cliff, que cae en el suelo dañando gran parte del cuerpo.
Sady al ver esto desenfunda la espada y ensarta al verdugo por la espalda…
El verdugo emite un gran gemido inhumano y cae al suelo con la espada aun clavada en su gran cuerpo.
Cliff se levanta y coloca las esferas que el verdugo dejó al morir en los huecos. La compuerta del pozo se vuelve a abrir y Sady enfunda la espada y sigue a Cliff hasta llegar al campo de batalla.
Una vez allí, Cliff le cuenta la misma historia a Sady, la misma que contó Alister a Lady.
Sady sorprendida le pregunta a Cliff como salir de ese campo de batalla, pero este no le da respuesta alguna, simplemente se dedica a caminar hacia la zona de combate.
Alister encontró su arma, la espada llameante, espada que cortaba y abrasaba las heridas echas al instante, de esta manera el corte no se regeneraba de ninguna manera.
Lady también encontró una daga y un escudo que pertenecieron a una amiga de Cliff, eran armas normales aunque empuñadas con valor protegían a su portadora de casi cualquier peligro…
Alister pudo comprobar que habían desaparecido otras armas que había dejado allí después de la muerte de sus compatriotas de guerra…
Lady se equipó con el escudo y la daga, agarró a Alister de un brazo y empezaron a caminar hacia el campo de batalla en busca de más armas dejadas por los combatientes muertos…
Cliff y Sady ya están en el centro de batalla cuando alguien grita:
- ¡Glaciar blanco! -
- ¿Qué? - dice Cliff reconociendo esa voz.
- Aquí, rápido. - dijo la misteriosa voz adentrándose en una torreta amurallada con barricadas.
Sady siguió a Cliff de cerca con la espada desenfundada.
Al entrar Cliff comprueba que un grupo de amigos suyos se salvara de la masacre de ejércitos, lo malo era que solo había cuatro rebeldes…
- Cuanto tiempo G.B. (glaciar blanco) - dice el que parece ser el jefe de los cuatro supervivientes.
- No hace falta que me llames así, llámame como tu sabes. - dice Cliff tirando la daga al suelo.
Antes de que alguno de los cuatro preguntase, Cliff les presentó a Sady.
Uno de los rebeldes al ver la espada de Sady gritó:
- ¡Es la espada de la roca, la liberadora de sombras!
- ¿Qué pasa? - dice extrañada Sady, pues no sabía que la espada que empuñaba podía ser la clave para salir del campo de batalla.
El jefe de los rebeldes desaparece un momento y cuando vuelve trae una manta y las manos congeladas sosteniéndola.
Cliff sonríe y coge lo que hay en la manta…
Es su espada, la congela almas, cuyo filo quemaba de lo frío que estaba.
Las heridas que producía esta espada eran como las que producía la espada llameante de Alister, no se podían regenerar de ninguna forma.
De nuevo armado, Cliff decidió ir en busca de la otra torreta amurallada en la que había estado antes de la matanza…
Javi
Galicia - España
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