*** Cómo Publicar Tus Cuentos***

Este blog está dedicado a los cuentistas de habla hispana. Aquí podrás publicar tus cuentos y comentarios.

1-Recuerda que no publicamos cuentos ofensivos hacia los credos, creencias, personas, empresas, etc.

2- Revisa la ortografía y la gramática antes de enviárnoslo.

3- No olvides agregar tu nombre o seudónimo, como así tampoco el país desde donde escribes al final del cuento!.

4- Este es un blog de cuentos breves, no tomaremos textos que superen las 1.000 palabras.

5- Todos los textos son revisados por nuestros editores, por lo tanto, no podemos asegurar que se publique ni cuanto tiempo nos lleve hacerlo.

PARA COMENZAR A PUBLICAR TUS CUENTOS SIMPLEMENTE PONLO COMO COMENTARIO EN CUALQUIER ENTRADA Y NOSOTROS LO PUBLICAREMOS SI CUMPLE CON ESTOS SIMPLES REQUISITOS

jueves, 6 de marzo de 2008

FUEGO

Isaías, un joven común y corriente, se dirigía a su trabajo, en una empresa de cobranzas, cuando sintió un dolor agudo en el labio superior de su boca.
Pese al dolor, que ya se convertía en molestia, Isaías pronunció su discurso y sin responder ni escuchar la protesta de la señora, a quien informaba sobre una deuda cuantiosa, se dirigió al lugar de encuentro de otro deudor.
Antes de timbrar en la casa de su segundo cliente del día, Isaías se acercó a un quiosco.
-Un agua sin gas, por f...
No pudo concluir, de su boca salió una llamarada de fuego rojo que por poco incendia a la niña que le atendía. Ésta gritó e Isaías, inmerso en un mar de la confusión, tuvo que huir y esconderse en el baño de un centro comercial. Encerrado dijo unas cuantas palabras en voz alta y nuevamente la tira de fuego se expandió y quemó el cesto de papel higiénico. Abriendo desmesuradamente los ojos, el cobrador salió a toda marcha; más cuando la alarma contra incendios sonó y alertó a la gente que transitaba por ahí a esa hora de la mañana.
Isaías, deprimido, renunció a su trabajo, naturalmente por escrito, porque de haberlo hecho de forma verbal hubiese causado un desastre. Luego se recluyó en su casa, sin dirigirle la palabra a nadie. La mayoría pensaba que estaba loco, otros que se hacía el excéntrico. Al poco tiempo, su novia le dejó porque “ni un beso eres capaz de darme”. A pesar de que él intentaba explicarles su drama, sus interlocutores, con evidente morbosidad, le retaban para que demostrara sus poderes de fuego. Esa actitud le alejó del grupo de amigos y familiares.
Visiblemente preocupado se recluyó en su casa, se alejó de todo el mundo y se resguardó en la soledad y el silencio.
Después de unos meses aceptó, por primera vez desde su voluntaria reclusión, la visita de su mamá. Seguro de que había vencido su enfermedad, Isaías, lleno de fe, no dudó en dirigirle la palabra a su progenitora (la primera persona a quien iba a hablar desde la tragedia). Y lo hizo. Las lenguas de fuego se extendieron hasta el techo y la pobre señora salió despedida por la ventana de aquel edificio de departamentos, que se quemó lentamente.
Isaías sobrevivió, pero nunca se repuso del impacto de la muerte de su madre. El despecho se transformó en sabiduría, y aprendió a controlar la potencia de las llamaradas que suele expulsar por la boca. Ahora es el cobrador más famoso de la mafia de la ciudad, y tiene una escala rígida para cumplir su labor: a quienes adeudan poco dinero, una quemadura leve; a quienes mucho, una más fuerte. Y así.
También realiza trabajos extras. Esta semana ha estado buscando sin denuedo a su padre, quien les dejó en la miseria cuando Isaías contaba con tres años. En el barrio dicen que el encuentro promete ser candente.

Juan Secaira Velástegui
ECUADOR

No hay comentarios: