UNA ARDILLA PEREZOSA
Dos ardillas estaban a la sombra de un frondoso árbol de manzanas, era un día muy soleado y estaban descansando en la sombra, hasta que Zed, la ardilla trabajadora dijo.
- ¡Es hora de seguir trabajando! .-dijo con un gran estirón y bostezando, recolectaba comida para el invierno.
Tod era su amigo, era muy perezoso y quiso quedarse en la sombra un momento más.
- Vete, adelántate yo te alcanzaré luego
- Está bien.- dijo Zed pero le pidió un pequeño favor para irse tranquilo
- ¿Puedes cuidar de mi manzanaza, no tardare mucho
- Claro.- dijo Tod casi dormido
- Gracias.- dijo Zed y se fue en busca de un lugar nuevo de donde recolectar alimento ya que aquella manzana era la última que pudieron ver de aquel árbol
Horas mas tarde Martín empezó a sentir hambre, daba vueltas alrededor de la manzana pensando que hacer, un cuervo estaba parado en una rama y le preguntó.
- ¿Qué haces? Te ves raro
- Me muero de hambre.- le dijo Tod casi gritando y preguntándose desde cuando el cuervo lo estaba observando.
- ¿Y porqué no te comes esa manzana? Preguntó el cuervo muy confundido.
- No puedo, es de un amigo y me dijo que lo cuidara.- dijo, siempre dando vueltas sin parar.
- Pero tienes mucha hambre, de seguro el entenderá.- dijo el cuervo emprendiendo el vuelo hacia otro árbol.
Martín creía que el cuervo tenia razón, el entendería porque era su amigo y no quería ir a buscar comida hacía demasiado calor, pensó unos segundos y se abalanzó sobre la manzana terminándola en unos minutos.
Al terminar, muy satisfecho se recostó en la sombra nuevamente y al cabo de un rato vió a lo lejos que llegaba Zed, muy preocupado, sin saber que hacer, escondió lo que sobró de la manzana, y cuando llegó Zed le preguntó.
- Hola Tod ¿Dónde está mi manzana?
- ¿Tu manzana?.- dijo muy nervioso y él era muy perezoso pero sabía que estaba mal mentir.- yo me la comí zed, disculpa...
Cuando dijo eso, Zed se quedó muy sorprendido, y en ese momento sopló el viento muy fuerte sacudiendo el árbol y calló una manzana en la cabeza de Tod desmayándose.
Zed se rió mucho y no se molestó con Tod por que pensó que todo fue una broma.
- ¡Es hora de seguir trabajando! .-dijo con un gran estirón y bostezando, recolectaba comida para el invierno.
Tod era su amigo, era muy perezoso y quiso quedarse en la sombra un momento más.
- Vete, adelántate yo te alcanzaré luego
- Está bien.- dijo Zed pero le pidió un pequeño favor para irse tranquilo
- ¿Puedes cuidar de mi manzanaza, no tardare mucho
- Claro.- dijo Tod casi dormido
- Gracias.- dijo Zed y se fue en busca de un lugar nuevo de donde recolectar alimento ya que aquella manzana era la última que pudieron ver de aquel árbol
Horas mas tarde Martín empezó a sentir hambre, daba vueltas alrededor de la manzana pensando que hacer, un cuervo estaba parado en una rama y le preguntó.
- ¿Qué haces? Te ves raro
- Me muero de hambre.- le dijo Tod casi gritando y preguntándose desde cuando el cuervo lo estaba observando.
- ¿Y porqué no te comes esa manzana? Preguntó el cuervo muy confundido.
- No puedo, es de un amigo y me dijo que lo cuidara.- dijo, siempre dando vueltas sin parar.
- Pero tienes mucha hambre, de seguro el entenderá.- dijo el cuervo emprendiendo el vuelo hacia otro árbol.
Martín creía que el cuervo tenia razón, el entendería porque era su amigo y no quería ir a buscar comida hacía demasiado calor, pensó unos segundos y se abalanzó sobre la manzana terminándola en unos minutos.
Al terminar, muy satisfecho se recostó en la sombra nuevamente y al cabo de un rato vió a lo lejos que llegaba Zed, muy preocupado, sin saber que hacer, escondió lo que sobró de la manzana, y cuando llegó Zed le preguntó.
- Hola Tod ¿Dónde está mi manzana?
- ¿Tu manzana?.- dijo muy nervioso y él era muy perezoso pero sabía que estaba mal mentir.- yo me la comí zed, disculpa...
Cuando dijo eso, Zed se quedó muy sorprendido, y en ese momento sopló el viento muy fuerte sacudiendo el árbol y calló una manzana en la cabeza de Tod desmayándose.
Zed se rió mucho y no se molestó con Tod por que pensó que todo fue una broma.
Nicolito
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