JUAN BOBO & PEDRO VILLARROEL (PARTE 2)
Mientras Juan trabajaba, Pedro malgastaba su dinero, en rumbas, licores y en mujeres, todos los vecinos criticaban a pedro por su comportamiento tan desagradable, no se preocupaba en sacar los animales y cultivos adelante, tanto así lo descuidaba; que algunos animales habían muerto y otros habían sido robados.
8 años después Juan tenía 32 años el había cambiado rotundamente, no para mal, sino para bien, Juan durante todos estos años tenía una bonita amistad y le tomó mucho cariño al señor y viceversa, él había aprendido muchas cosas que él le había enseñado durante todo estos años, ejemplo: como hablar bien en público, como arreglarse, los buenos modales en la mesa además de algunas cosas del campo de las leyes, casi todos los conocimientos que tenía el señor se lo había transmitido, aunque el señor sabía que le quedaba pocos años de vida, decidió preparar a Juan.
Fueron pasando los meses y el señor se había puesto muy mal, estaba delirando mucho, Juan a su lado por si él lo necesitaba... Un día el señor llama a su gran amigo abogado por teléfono para que venga a la casa para anexar más cosas a su testamento, mandó a su gran amigo a que escribiera lo siguiente “Juan, en este momento tu estarás escuchando mi testamento y yo estaré ya en el cielo, desde que entraste a mi casa por primera vez siempre supe que eras un buen muchacho y por eso te contraté, a medida que iba pasando el tiempo te tomé mucho cariño, casi como a un hijo y te enseñé partes de mis conocimiento para que te defendieras en la vida.. Es por eso que te he dejado a ti Juan, el 65% de mi fortuna, para que con todo el conocimiento que te transmití sepas como administrarlo bien y hagas mucho más, pero recuerda no ambiciones mucho, ya que es malo, una de las condiciones que te pongo es que no lo malgastes y ahora que tiene tanto dinero no te burles o maltrates a la gente que no posee nada, en caso de no cumplirse todo se te quitara absolutamente todo. El 10% se los reparto a cada uno de mi personal de servicio que han estado conmigo por mucho tiempo y fueron fieles a mí y el resto se los dono a los niños pobres de este pueblo”.
Un mes después cuando Juan sube por las escaleras para darle la gran noticia al señor que había aprobado su examen de manejo; todo el personal de servicio estaba junto al señor llorando por la pérdida de aquel gran hombre. Juan al ver toda la gente, no lo podría creer entonces; le pasó el dedo por debajo de la nariz para comprobar su respiración y efectivamente no respiraba, con una tristeza en la cara, las lágrimas brotando en su mejilla llaman al médico...
8 años después Juan tenía 32 años el había cambiado rotundamente, no para mal, sino para bien, Juan durante todos estos años tenía una bonita amistad y le tomó mucho cariño al señor y viceversa, él había aprendido muchas cosas que él le había enseñado durante todo estos años, ejemplo: como hablar bien en público, como arreglarse, los buenos modales en la mesa además de algunas cosas del campo de las leyes, casi todos los conocimientos que tenía el señor se lo había transmitido, aunque el señor sabía que le quedaba pocos años de vida, decidió preparar a Juan.
Fueron pasando los meses y el señor se había puesto muy mal, estaba delirando mucho, Juan a su lado por si él lo necesitaba... Un día el señor llama a su gran amigo abogado por teléfono para que venga a la casa para anexar más cosas a su testamento, mandó a su gran amigo a que escribiera lo siguiente “Juan, en este momento tu estarás escuchando mi testamento y yo estaré ya en el cielo, desde que entraste a mi casa por primera vez siempre supe que eras un buen muchacho y por eso te contraté, a medida que iba pasando el tiempo te tomé mucho cariño, casi como a un hijo y te enseñé partes de mis conocimiento para que te defendieras en la vida.. Es por eso que te he dejado a ti Juan, el 65% de mi fortuna, para que con todo el conocimiento que te transmití sepas como administrarlo bien y hagas mucho más, pero recuerda no ambiciones mucho, ya que es malo, una de las condiciones que te pongo es que no lo malgastes y ahora que tiene tanto dinero no te burles o maltrates a la gente que no posee nada, en caso de no cumplirse todo se te quitara absolutamente todo. El 10% se los reparto a cada uno de mi personal de servicio que han estado conmigo por mucho tiempo y fueron fieles a mí y el resto se los dono a los niños pobres de este pueblo”.
Un mes después cuando Juan sube por las escaleras para darle la gran noticia al señor que había aprobado su examen de manejo; todo el personal de servicio estaba junto al señor llorando por la pérdida de aquel gran hombre. Juan al ver toda la gente, no lo podría creer entonces; le pasó el dedo por debajo de la nariz para comprobar su respiración y efectivamente no respiraba, con una tristeza en la cara, las lágrimas brotando en su mejilla llaman al médico...
Autor: Yovxmailen Lozada (Venezuela)
http://cuentosyovxy.blogspot.com
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