*** Cómo Publicar Tus Cuentos***

Este blog está dedicado a los cuentistas de habla hispana. Aquí podrás publicar tus cuentos y comentarios.

1-Recuerda que no publicamos cuentos ofensivos hacia los credos, creencias, personas, empresas, etc.

2- Revisa la ortografía y la gramática antes de enviárnoslo.

3- No olvides agregar tu nombre o seudónimo, como así tampoco el país desde donde escribes al final del cuento!.

4- Este es un blog de cuentos breves, no tomaremos textos que superen las 1.000 palabras.

5- Todos los textos son revisados por nuestros editores, por lo tanto, no podemos asegurar que se publique ni cuanto tiempo nos lleve hacerlo.

PARA COMENZAR A PUBLICAR TUS CUENTOS SIMPLEMENTE PONLO COMO COMENTARIO EN CUALQUIER ENTRADA Y NOSOTROS LO PUBLICAREMOS SI CUMPLE CON ESTOS SIMPLES REQUISITOS

domingo, 16 de diciembre de 2007

REENCUENTRO

Era la misma plaza de siempre, aquélla a la que íbamos cada noche, sin falta. Entonces él solía abrazarme y nos quedábamos inmóviles junto a una fuente, viendo a la gente pasar de prisa, tratando de esquivarnos. Pero en esta ocasión no íbamos tomados de la mano y ni siquiera mirábamos nuestros rostros, pues Nicola, otro de sus amigos del ejército, caminaba en medio de los dos. Era extraño volver a estar ahí, después de tanto tiempo sin vernos, pero más extraño aún fue el habernos encontrado tan casualmente, en un restaurante que ni él ni yo seguimos frecuentando. Aquella tarde había ido a visitar a mamá y, por algún motivo que he olvidado ahora, decidí regresar a casa por otro camino. Dejé que mis pies avanzaran hasta que, al dar una vuelta a la izquierda, la plaza surgió como si alguien la hubiese colocado justo en ese momento para que yo la viera. Al principio no reconocí la calle, ahora llena de edificios, hasta que las palabras en un cartel me trajeron de golpe el recuerdo de Antonio y esas horas en que bebimos café amargo en ese local, justo después de dar una, dos, cinco vueltas por toda la plaza. Decidí entrar. Nada había cambiado: estaban los mismos manteles de rombos color rojo sobre las mesas de madera, y las mismas fotografías colgaban de la pared naranja. Pedí una taza de café, otra, otra más. En algún momento vi entrar a Antonio acompañado de Nicola; luego de algunos minutos fingiendo no verme, por fin me saludó, como si nada. Cómo estás?, cuánto tiempo sin vernos!, qué has hecho en estos años?. Después de una plática ligera que la cortesía obliga a hacer, Antonio me preguntó por Gianni. No sé nada de él, mentí. No tenía caso decirle a Antonio que su amigo me había abandonado, tal y como hiciera yo con él. Antonio estaba hospitalizado cuando Gianni y yo fuimos a confesarle que nos habíamos enamorado... Cinco tazas de café más tarde, decidimos caminar por la plaza. Nicola me narraba una película mientras Antonio, sentado frente a nosotros, permanecía callado. Habría querido acercarme a Antonio, tal vez para decirle que seguía pensando en él; Gianni no fue más que una duda momentánea que se esfumó pronto. Pero Nicola no dejaba de hablarme mientras tomaba mi brazo para explicar una cosa o preguntar otra. ¿Trabajar en la industria? ¿Has pensado en ser actriz? Contesté que sí, que iría pronto a hacer audiciones; pero no terminé la frase pues Antonio, luego de arrojar su cigarro aún encendido, se levantó de la banca y caminó hacia el restaurante, no sin antes decirme que era buena actuando y ni me haría falta fingir. Nicola corrió a él y lo jaló del brazo, exigiéndole se disculpara conmigo, pero yo dije que no importaba y que ya era hora de irme pues aún debía tomarme algunas fotografías. Di media vuelta y caminé por la plaza hasta cruzar la calle. La pequeña cabina de fotografías instantáneas estaba vacía; corrí la cortina y me senté en el pequeño banco. La moneda cayó y el flash en mis ojos me trajo el recuerdo de una tarde lejana en que Antonio y yo nos sentamos ahí mismo...

Jéssica de la Portilla Montaño.
México D. F.

http://www.TodoMePasa.com

No hay comentarios: