EINSTEIN Y TAGORE
Tagore: “Observad la belleza de la naturaleza, la perfección de la vida como un todo; Dios permea todo, es omnipresente y por eso las almas y la naturaleza tienen que evolucionar”.
Einstein: “Hay leyes que gobiernan la vida. Causa y efecto es una. Esta misma aplicada a las almas es llamada la ley del karma o lo que es lo mismo “lo que siembras cosechas”. Debido a que el alma es un átomo (atma) consciente de su existencia constantemente influye la materia. La segunda ley de la termodinámica es la entropía, significa que todo se degrada, se envejece.
La primera ley de la termodinámica es la Conservación de la Energía, ‘nada se crea, nada se destruye’. Por lo tanto, Dios, almas y materia –por ser energías -, son eternos e interactúan formando el gran drama cíclico de la vida”.
Tagore: “Dios está en cada uno y en todas partes, ese es mi sentimiento”.
Einstein: . “La Verdad, Dios, El Absoluto, debe estar más allá del cambio, llámelo la Morada Suprema, Nirvana o antimateria. Si estuviera inmerso en la materia, todo el universo reverberaría de sus cualidades como amor, felicidad, pureza, etc., lo cual no es así; también se degradaría y entonces no habría quién revirtiera el proceso de máxima entropía a su máximo orden otra vez”.
Se ha dicho que las almas somos a imagen y semejanza de Dios; El/Ella es el Alma Suprema.
Tagore: “¡Usted no reconoce la grandeza de Dios!”.
Einstein: “Su grandeza no radica en el tamaño.
Y concluye Einstein: “Estimado amigo, entonces yo soy más religioso que usted”.
Todas las ideas son respetables.
Sin embargo, la última verdad solamente puede ser experimentada en el laboratorio del propio mundo interior y con un corazón honesto y una mente abierta.